El asalto domiciliario ocurrió a altas horas de la noche del jueves, en una vivienda ubicada sobre la ruta 1, a la altura del distrito de Carmen del Paraná en Itapúa. Cuatro o cinco malvivientes, encapuchados y armas cortas en mano, irrumpieron a la casa de la familia Sosa, redujeron a sus miembros, y encerraron en una de las habitaciones al jefe de familia, el ingeniero Víctor César Sosa, para luego alzarse con unos 5 millones de guaraníes, joyas y aparatos celulares, y huir del lugar en esta camioneta, propiedad de la familia víctima, vehículo que fue hallado abandonado a primeras horas de este viernes, en una zona descampada del mismo distrito.
La policía, desplegó un operativo cerrojo para tratar de dar con los malvivientes, sin resultados al cierre de esta edición.
En principio, se manejaba la información de que el asalto fue con toma de rehén, puesto que cuando los ladrones huyeron, los integrantes de la familia no encontraron a Víctor Sosa en la habitación en donde lo habían encerrado, pero luego, el hombre apareció con la policía, ya que había logrado escapar, aprovechando la distracción de los maleantes, y pidió auxilio a otras personas, a unos kilómetros del lugar.
Las víctimas, no quisieron hablar con los medios de comunicación.
OTRO ASALTO HABÍA OCURRIDO EN ENCARNACIÓN
Benito Martinez, ciudadano español radicado en la ciudad de Encarnación, fue víctima de un brutal asalto domiciliario. Tres hombres, llegaron a bordo de una motocicleta tipo Trail, y armas de fuego en mano, ingresaron a su vivienda, golpeándolo hasta reducirlo, para exigirle todo el dinero que tenía consigo.
En la vivienda de la víctima, también funciona un gimnasio de su propiedad, hasta donde los asaltantes lo llevaron, para despojarlo del dinero que tenía en la caja, golpeándolo con una barra de hierro, produciéndole graves lesiones. Todo ocurrió en la tarde de este miércoles, en el barrio Santa María, sector Seminario de la capital de Itapúa.
La víctima dice desconocer a los atacantes, pero adujo que el asalto pasa a segundo plano, ya que por la saña con la que actuaron los delincuentes, aparentemente lo que querían es darle un escarmiento, desconociendo los motivos.
En total, los tres malvivientes, se alzaron con 700 euros y 300 mil guaraníes, más un aparato celular. La víctima, exigió mayor seguridad, pues es inaudito que este tipo de hechos, se perpetre a plena luz del día.