Olimpia remontó un partido complicadísimo ante el siempre duro Sportivo Trinidense. El Decano comenzó perdiendo, pero a base de rebeldía, orgullo y mucho amor propio, dio vuelta el resultado para terminar ganando y seguir siendo puntero único e indiscutible del torneo Clausura.
Practicidad y contundencia
Sportivo Trinidense no se entretuvo mucho con la pelota en el primer tiempo y si bien tuvo buen manejo con la experimentada dupla del medio, compuesta por Marcos Riveros y Luis de la Cruz, prefirió contraatacar con la velocidad de Ronaldo Báez y Joel Román por los costados.
Olimpia nueva encontró comodidad ni claridad en el juego. Christian Martínez no le dio comodidad para que Richard Ortiz salga cómodo y tampoco a los dos zagueros centrales.
En una jugada rápida y simplificando todo a un toque, Trinidense puso el 1-0 con un golazo de Ronaldo Báez, tras una gran asistencia de Rodrigo Arévalo.
Cambios claves
En la complementaria, Olimpia cambió su rostro, dinámica y forma de jugar gracias a las variantes que hizo Martín Palermo. Los ingresos de Hugo Fernández y Matías Vera le dieron desequilibrio, mucha rebeldía y por sobre todo, orden en un mediocampo muy partido en el primer tiempo.
Con Vera en cancha, Richard Ortiz fue más hacia la ofensiva y con el ingreso de Hugo Fernández, abrió la cancha y mandó más arriba a Derlis, que no fue determinante una vez más; el «10» volvió a mostrar un flojo nivel.
Amor propio
Con un poco más de posesión y circulación, Olimpia le agregó rebeldía y muchísimo amor propio que terminaron siendo suficientes.
Hugo Fernández, capturando un rebote y con un latigazo de zurda, puso el 1-1 parcial.
De a poco fue martillando el Decano en busca de la victoria y a pesar de no tener mucha claridad, fue quebrando la resistencia de Trinidense, que no supo aprovechar los contragolpes y terminó pagando caro.
Tras un córner, un par de rebotes y un toque sutil de Matías Vera, apareció el argentino Manuel Capasso para definir como un maestro dentro del área grande; acomodó con la zurda y colocó un derechazo al ángulo superior derecho de Víctor Samudio para hacer delirar a todos los franjeados.

Fuente: www.versus.com.py