En pleno combate al COVID-19, mirar al mundo y ver qué estrategias están siendo las mejores para superarlo, y que éstas tengan como protagonistas a las mujeres jefas de gobierno no resulta extraño. Las féminas, con un estilo peculiar de gobernar, están logrando un mejor manejo de la contingencia del nuevo coronavirus poniendo en primer lugar la salud de sus ciudadanos.
De esto también se hizo eco la revista Forbes con un artículo titulado ¿Son mejores las mujeres para manejar la pandemia de Covid19? En el mismo indagó en qué medida el enfoque alternativo de las mujeres mejora el comando de un país. Desde La Nación proponemos analizar las principales medidas adoptadas por Katrín Jakobsdóttir de Islandia, Angela Merkel de Alemania, Erna Solberg de Noruega, Tsai Ing-wen de Taiwán, Sanna Marin de Finlandia, Jacinta Ardent de Nueva Zelanda y Mette Frederiksen de Dinamarca.
Verdad, tecnología y humanidad
Si bien podemos decir que estos países representan excepciones a las reglas, quizás por su ubicación geográfica, Taiwán, Islandia y Nueva Zelanda son islas, igualmente han tenido mejores resultados que la golpeada Inglaterra. O podríamos decir que los países nórdicos, con alto índice de ingreso per cápita enfrentan mejor una pandemia, sin embargo, también hay paises ricos con cifras alarmantes de muertos y contagiados. También podríamos decir que un país grande como Alemania está en iguales condiciones que sus vecinos europeos; pero la verdad es que está teniendo mejores resultados que los demás. ¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia?
Decidir a tiempo: La presidenta Tsai Ing-wen de la República de China (Taiwán) ante la temprana irrupción de la enfermedad dictaminó 124 medidas para detener la propagación del COVID-19 sin tener que recurrir a las medidas extremas de restricción. Es importante señalar que esta pequeña isla es el 2º mayor productor de mascarillas del mundo. Además, gracias a la libertad de expresión con la que cuentan, informaron a la OMS de la amenaza del brote del virus en China Popular, y sin embargo no fueron tenidos en cuenta. Tsai Ing-wen ha demostrado que con decisiones claras se orienta con éxito a la población. (395 casos, 6 muertos)
Usar la tecnología: La primera ministra de Islandia, Katrín Jakobsdóttir, gobierna a unos 300.000 habitantes de la distante isla en el hemisferio norte, precisamente por eso ha utilizado la tecnología para proporcionar tests gratuitos a todos sus ciudadanos. Cabe señalar que durante décadas este país poseyó unos de los mejores sistemas de salud del mundo. El control riguroso a su población le permitió identificar inmediatamente los casos, de manera a contenerlos médicamente y así no tomar medidas drásticas de aislamiento, como el cierre de las escuelas. (1.727 casos, 8 muertos)
Hablar con la verdad: La primera ministra germana, Angela Merkel, parece ser que ha sido preparada toda su vida para gobernar a Alemania en esta crisis. Ella misma estuvo en cuarentena luego de que su médico personal diese positivo al COVID-19. En un mensaje oficial a toda su nación, habló con la verdad y serenamente informó que el 70% de la población alemana, unos 58 millones, serían contagiados de COVID-19. Esto, acompañado con mucho conocimiento científico, tests masivos y una sociedad alemana informada, revela el porqué del menor índice de muertos en comparación con sus vecinos europeos. (133.456 casos, 3.592 muertos)
Actuar en contexto: La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinta Ardent, gobierna unas islas en el suroeste del océano Pacífico, con 4 millones de habitantes. Fue uno de los primeros países que cerró sus fronteras de manera rápida. Dispuso un nivel de alerta máxima, al tiempo de explicar a los ciudadanos el peligro que se avecinaba si no se tomaban las medidas y se respetaban las mismas. El autoaislamiento fue impuesto, y no se dudó en establecer sitios específicos para la cuarentena de sus compatriotas que volvían a su país. (1.386 casos, 9 muertos)
Comunicar a todos: La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, la política más joven en llegar a ese puesto en el gobierno de ese país entendió que la forma de comunicar es muy importante, pero también el medio mediante cual se comunica. Esto le sirvió mucho a la hora de combatir al COVID-19, ya que dejó atrás a los medios formales y convocó a los influencers, de manera a que éstos informen con datos científicos la forma de combatir al virus. Claramente esto tuvo su llegada, y se ve en las cifras de contagiados y muertos. (3.237 casos, 72 muertos)
Poner a los niños primero: La primera ministra de Noruega, Erna Solberg, puso a los niños y niñas en el centro de la protección estatal. Decidió hablar por la televisión y explicarles con calma y paciencia a qué se están enfrentando y respondió a todas las preguntas que le hicieron. Ningún otro adulto participó en la conferencia. Este enfoque de gobernanza claramente está fuera de las medidas económicas y anticíclicas, pero al poner al ser humano en el centro, es una evolución que todos debemos copiar. (6.740 casos, 150 muertos)
Condicionar el desconfinamiento: La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, dispuso este martes 14 de abril el inicio del levantamiento de su cuarentena, con el regreso a clases de los niños menores de 11 años. Este desconfinamiento escalonado será una prueba. El gobierno danés promete observar muy de cerca las cifras de contagiados a fin de ajustar las etapas de las reaperturas o de endurecer las medidas en caso de ser necesario. (6.681 casos, 309 muertos)