“El autocuidado es primero para poder ayudar”
- Comer y dormir sanamente. Realizar en lo posible ejercicios de relajación y estiramiento de manera diaria.
- Buscar momentos de exposición al sol. Realizar actividades que resulten placenteras para uno, como leer, escribir, bailar, realizar manualidades, juegos de mesa y otros. Trabajar con las herramientas necesarias y seguras de modo a no exponerse a situaciones riesgosas.
- La desconexión es importante. Evitar que las conversaciones se centren exclusivamente en la pandemia.
- Saber decir no cuando los límites físicos y emocionales son propasados. Saber o intentar expresar el malestar
“Mis emociones son importantes”
- Cuando sienta miedo, apóyese en situaciones similares. Piense en cuántas veces en su vida ha superado la enfermedad tanto en usted como en sus pacientes.
- Evitar el pensamiento catastrófico, recurriendo a pensamientos optimistas.
- Controlar las emociones negativas. Utilizar por ejemple el buen humor como herramienta.
- Reconocer las emociones y aceptarlas. Apoyarse en su familia, amigos y compañeros.
- Al advertir somatizaciones como síntomas de estrés, pedir ayuda.
- Si posee una vulnerabilidad psicológica o emocional, evitar situaciones que lo expongan innecesariamente. Comentar en su equipo de trabajo de modo a fomentar el cuidado entre compañeros.
- Luego de la Jornada laboral, aprovechar el tiempo con uno mismo. Busque paz y serenidad.
“Tengo compromiso con la calidad y calidez de atención”
- Entender desde la perspectiva del paciente. Practicar la empatía
- Tener en cuenta el manejo confidencial de los datos del paciente y familiares.
- Promover un ambiente de confiabilidad con el paciente.
- Cuidar las conductas de discriminación y rechazo a personas con sospechas de contagio.
- La comunicación es imprescindible, utilizar lenguaje claro y sencillo.
- Recurrir a la literatura científica para brindar información
- Colaborar con la difusión de información realista y veraz, disminuyendo así temor o pánico.
 
                
