Tras 6 días de haber asumido el cargo de alcalde de la ciudad de Chilpancingo, capital del estado mexicano de Guerrero, Alejandro Arcos Catalán fue brutalmente asesinado en la tarde del domingo.
Los restos del político fueron hallados en la colonia Villas del Roble, donde su cuerpo decapitado fue encontrado en la calle Moctezuma.

Según informaron medios internacionales, su cabeza fue colocada por los asesindos sobre el toldo de una camioneta Volkswagen tipo Robust.

El homicidio ocurrió tres días después del crimen de su secretario general, Francisco Gonzalo Tapia, quien fue ejecutado a balazos en pleno centro de la ciudad.

Previamente, el 28 de septiembre, fue asesinado Ulises Hernández, quien había sido el elegido por Arcos Catalán para ser el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del municipio.

Tras el hecho, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenecía el funcionario, denunció el «cobarde crimen» y pidió justicia.

“¡Basta ya de violencia e impunidad! Las y los guerrerenses no merecen vivir con miedo», señala el PRI en la red social X.

De acuerdo a los datos, Guerrero es uno de los estados mexicanos más afectados por la violencia de los cárteles de la droga en ese país, debido a su ubicación estratégica que se extiende en la costa del Pacífico.

Fuente: El Mundo/Infobae