En casi cuatro años de mandato, el equipo económico que el presidente Mauricio Macri dijo en 2015 que sería “el mejor de los últimos 50 años”, dejó a Argentina sumida en una profunda recesión y un fuerte endeudamiento. Para algunos, fruto de una pesada herencia de los gobiernos anteriores. Para otros de la inoperancia y la falta de buenos criterios.
Más allá de las causas, lo que queda a la vista son las consecuencias y entre ellas emerge la caída del poder de compra de los salarios. De acuerdo al Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), entre 2003 y 2015 la “carrera” entre salarios e inflación siempre fue ganada por las remuneraciones de los trabajadores. Sin embargo esa tendencia se modificó desde que asumió Cambiemos.